domingo, 28 de febrero de 2016

INICIACIÓN A LA HISTORIA DE LA MÚSICA. CAPÍTULO 02 Música del Renacimiento

El paso de la Edad Media al Renacimiento no es tan evidente en la música como en las artes plásticas; no obstante, se suele situar el comienzo del Renacimiento musical hacia 1420, con los primeros compositores de la llamada escuela franco-flamenca, por ser principalmente del norte de Francia y Flandes (actualmente Bélgica y Holanda) los lugares de procedencia de la mayor parte de los compositores. Esta escuela domina la composición musical europea hasta finales del siglo 16, junto con otros grandes compositores italianos, alemanes y españoles. El florecimiento de esta escuela coincide con un gran renacer de todas las artes; nobles, príncipes e iglesias fundan capillas dedicadas exclusivamente a cantar, surgiendo dos generaciones de músicos de gran valía. 

Han pasado ocho siglos desde San Gregorio y es entonces cuando la música toma una forma clara, y está a punto de poder imprimirse. Los adelantos industriales generan la construcción de mejores instrumentos y la difusión de las partituras. 

LA MÚSICA RENACENTISTA TIENE LAS SIGUIENTES CUALIDADES:

- Es música polifónica y plena con cuatro voces (Soprano, Alto, Tenor y Barítono) y todas ellas tienen la misma importancia.

- Hay un solo estilo, es decir, la polifonía para la música religiosa y profana.

- Toda la música instrumental se puede cantar y viceversa.

- La letra es fundamental y resalta su contenido a través de la música. 

Podemos dividir la música en profana y religiosa, y dentro de la religiosa distinguiremos la católica, impulsada por el Concilio de Trento, y la protestante, defendida por Martín Lutero, quien concede a la música gran importancia. 

Una segunda división sería según el desarrollo cronológico y geográfico de esta música distinguiendo las diferentes escuelas según los países. 

Durante el Renacimiento, especialmente a partir de 1470, los instrumentos musicales comienzan a tener más importancia y es más frecuente encontrar música instrumental escrita. El desarrollo de la imprenta musical contribuirá a la difusión de esta música, y son numerosos los tratados impresos que incluyen ejemplos de música instrumental, o que incluso tienen a esta como su contenido principal. 

Durante esta época, la música instrumental sigue condicionada a la vocal, aunque aparecen ya numerosas muestras de una práctica instrumental autónoma. Cuando la función de los instrumentos no es acompañar a la voz o las voces. 

Hacia 1600, varios músicos italianos eran conscientes de la necesidad de hacer cambios en el estilo musical dominante (la polifonía imitativa del Renacimiento.

Las razones que llevaron a estos cambios fueron varias:

Comprensión de los textos. Se insistía en que un texto cantado en forma polifónica por cinco o seis voces era incomprensible; solo podría entenderse bien si lo cantaba un solo intérprete. 

Expresividad. En todas las artes, desde  fines del siglo XVI se buscaba una mayor expresividad, lo que en lenguaje de la época se llamaba «mover los afectos». En música esta expresividad se apoyaba en el texto cantado, y para resultar eficaz debía emplear todos los recursos de los cantantes. 

Música como espectáculo. Los aristócratas del Renacimiento, los «cortesanos», según las modas de la época, debían ser personas cultas, entender de arte y poesía, y saber cantar y tocar instrumentos. La música vocal se componía y publicaba para estos aficionados intérpretes no profesionales pero de alto nivel. Poco a poco, esta moda desaparece y los aristócratas prefieren ser espectadores de intérpretes profesionales y virtuosos. El aumento del virtuosismo, a su vez, acaba con la existencia de esos aficionados y convierte la música en un gran espectáculo. 

Para cumplir con estas condiciones no servían las técnicas musicales del momento, por lo que los músicos desarrollan técnicas nuevas. Entre ellas están las siguientes: 

Bajo continuo. La voz más grave se convierte en el soporte armónico del conjunto; el compositor escribe la melodía e indica con cifras la armonía que debe desarrollarse; los intérpretes tienen que improvisar en el momento esa armonía, siguiendo las instrucciones del bajo cifrado. 

Los instrumentos que realizaban el bajo eran de dos tipos: instrumentos melódicos, como la viola da gamba, el violoncello o el fagot, que interpretaban la melodía escrita; e instrumentos armónicos, como los de tecla (órgano, clave) o cuerda pulsada (laúd, tiorba, arpa), que desarrollaban los acordes. 

Melodía acompañada. Es el resultado de lo anterior: el bajo continuo permitía que un solo cantante (o un solo instrumento) realizara la melodía, sin recurrir a la textura monofónica, considerada menos «musical». 

Esto permitía que el texto fuera cantado por un solo intérprete, solucionando el problema de la comprensión y permitiendo una mayor expresividad. Al mismo tiempo, la importancia que adquiere el cantante solista (y más tarde el instrumentista) permite el desarrollo del virtuosismo. 

Contrastes. En primer lugar, se da un contraste de tesituras al aislar la voz más aguda y acompañarla de la más grave; pero también abundan los contrastes dinámicos, tímbricos, agógicos… que aumentan la expresividad. 

Estilo concertado. La unión de voces, instrumentos y bajo continuo se conoce con este nombre. Permite composiciones más complejas y largas, por tanto más expresivas. 


El conjunto de innovaciones que se dan hacia 1600 marcan el final de una época musical, la del Renacimiento, y el comienzo de otra que conocemos actualmente como Barroco. 


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