viernes, 4 de marzo de 2016

INICIACIÓN A LA HISTORIA DE LA MÚSICA. CAPÍTULO 03 Música del Barroco

A diferencia del renacimiento, la música no trata de servir más a la palabra, sino que la sobrepasa. Se impone el sistema armónico, es decir, vertical, porque las voces tienen una importancia diferente hay una principal y las demás sirven de acompañamiento armónico, ese se llama monodia acompañada y este acompañamiento lo realiza el bajo continuo.

En el barroco se busca un ritmo muy marcado que se llama ritmo mecánico, por sus pulsaciones fuertes y repetidas, por ello el movimiento se convierte en uno de los elementos vitales de la música barroca.

Ya no son intercambiables los diferentes tipos de música; la música instrumental no se puede cantar y viceversa.

Las época de crisis que se vive tanto económica como espiritual (desmembración de la iglesia) produce en todas las artes lo que llamamos en estética expresionismo, es decir, exagerar o deformar la realidad.

Esto se refleja en la música a través del sonido, dándole un sentido dramático y expresionista; así, se establece una especie de lucha entre la orquesta (tutti), los solistas (concertino) y el solista (solo). 


Existieron tres periodos de la música barroca:

  • Barroco temprano (1580-1630). Se empieza a dar este varios afectivo y violento a las palabras a través de la música; se busca la disonancia. Comienza una diferenciación muy marcada entre musica vocal e instrumental.
  • Barroco medio (1630-1680). Época de la ópera y la cantata, y con el la distinción entre aria, arioso y recitativo.
  • Último Barroco (1680-1750). Las formas adquieren unas dimensiones largas, aparece el estilo concertado; la música instrumental domina a la vocal.

Las formas musicales barrocas:

Con el barroco se da la eclosión de la música instrumental, produciendo música pura. A ello contribuye el enorme perfeccionamiento de algunos instrumentos como el violín. En esta época surgen los mejores constructores de instrumentos de todos los tiempos como STRADUVARIUS, AMATI y GUARNERI; por eso la música llega a un gran virtuosismo o perfeccionamiento, y los instrumentos tienen que ser capaces de llegar a grandes velocidades.

Las tres grandes formas instrumentales de la música barroca:

LA SUITE. Es la unión en una sola obra de varias danzas de distinto carácter, con lo que se consigue dar el sentido dramático de contraposición típico del barroco. Johann Sebastian Bach lleva este estilo a la perfección.

LA SONATA. Sonata significa música para ser sonada; como en la suite el origen de la sonata está en la contraposición de movimientos, que se reducen normalmente a cuatro.

EL CONCERTO. Es una forma orquestal barroca que suele constar de 3 movimientos: alegro-adagio-allegro. La sonata se hace concierto cuando pasa a la orquesta, y su nombre viene de la palabra concertare, que quiere decir tocar varios instrumentos al mismo tiempo.

Durante este periodo de la música, existieron grandes compositores como:

ANTONIO VIVALDI. (1678-1741)

Fue unos de los grandes genios de la sonata; sacerdote, violinista de primera línea, compuso además muchas óperas. 

La música de Vivaldi se distingue por las siguientes cualidades:

  • Tratamiento sofístico del violín.
  • Vitalidad rítmica.
  • Claridad en su forma y belleza en sus temas.

JOHANN SEBASTIAN BACH (1685-1750)

Nace en Eisnach y es padre de numerosísimos hijos de los que saldrían músicos importantes. Vive y muere en la pobreza y solo se le reconoce en vida su faceta de gran organista.

Bach fue un músico que se inspiró en el pasado musical: en la Edad Media, época contrapuntística y en la concepción armónica barroca, además de unificar la triple trayectoria del barroco: estilo italiano, francés y alemán, haciendo una síntesis de todo lo anterior. 

En la época de Bach el culto protestante ya había abandonado los ritos sacramentales católicos y la música y la biblia son ya dos grandes protagonistas.

Características de su obra:

  • Es ante todo un hombre religioso y protestante convencido, por tanto. la mayor parte su obra es religiosa.
  • Lleva a un gran equilibrio principios que parecen contrapuestos: armonía y contrapunto, monodia y polifonía.
  • Deja una producción musical difícil de mejorar tanto en cantidad como en calidad.

En su obra podemos distinguir:

  • Música religiosa: cantata, pasión y música de órgano.
  • Música profana: para orquesta y clave.

GEORGE PHILIPP TELEMANN (1681-1767)

Es la gran personalidad del último barroco alemán, que ofrece una música no tan dependiente de factor religioso, forma que hace evolucionar influenciado por el pietismo. En Telemann está presente la influencia francesa, lo que contribuye a dar a su música un carácter más alegre; para él la música es una forma de felicidad.


A finales del Barroco hay varias tendencias estéticas: el estilo galante francés desde 1730, el desarrollo en Italia de la ópera buffa, la sonata y la sinfonía, y el estilo sentimental alemán; ellos conforman una suerte de preclasicismo. 




domingo, 28 de febrero de 2016

INICIACIÓN A LA HISTORIA DE LA MÚSICA. CAPÍTULO 02 Música del Renacimiento

El paso de la Edad Media al Renacimiento no es tan evidente en la música como en las artes plásticas; no obstante, se suele situar el comienzo del Renacimiento musical hacia 1420, con los primeros compositores de la llamada escuela franco-flamenca, por ser principalmente del norte de Francia y Flandes (actualmente Bélgica y Holanda) los lugares de procedencia de la mayor parte de los compositores. Esta escuela domina la composición musical europea hasta finales del siglo 16, junto con otros grandes compositores italianos, alemanes y españoles. El florecimiento de esta escuela coincide con un gran renacer de todas las artes; nobles, príncipes e iglesias fundan capillas dedicadas exclusivamente a cantar, surgiendo dos generaciones de músicos de gran valía. 

Han pasado ocho siglos desde San Gregorio y es entonces cuando la música toma una forma clara, y está a punto de poder imprimirse. Los adelantos industriales generan la construcción de mejores instrumentos y la difusión de las partituras. 

LA MÚSICA RENACENTISTA TIENE LAS SIGUIENTES CUALIDADES:

- Es música polifónica y plena con cuatro voces (Soprano, Alto, Tenor y Barítono) y todas ellas tienen la misma importancia.

- Hay un solo estilo, es decir, la polifonía para la música religiosa y profana.

- Toda la música instrumental se puede cantar y viceversa.

- La letra es fundamental y resalta su contenido a través de la música. 

Podemos dividir la música en profana y religiosa, y dentro de la religiosa distinguiremos la católica, impulsada por el Concilio de Trento, y la protestante, defendida por Martín Lutero, quien concede a la música gran importancia. 

Una segunda división sería según el desarrollo cronológico y geográfico de esta música distinguiendo las diferentes escuelas según los países. 

Durante el Renacimiento, especialmente a partir de 1470, los instrumentos musicales comienzan a tener más importancia y es más frecuente encontrar música instrumental escrita. El desarrollo de la imprenta musical contribuirá a la difusión de esta música, y son numerosos los tratados impresos que incluyen ejemplos de música instrumental, o que incluso tienen a esta como su contenido principal. 

Durante esta época, la música instrumental sigue condicionada a la vocal, aunque aparecen ya numerosas muestras de una práctica instrumental autónoma. Cuando la función de los instrumentos no es acompañar a la voz o las voces. 

Hacia 1600, varios músicos italianos eran conscientes de la necesidad de hacer cambios en el estilo musical dominante (la polifonía imitativa del Renacimiento.

Las razones que llevaron a estos cambios fueron varias:

Comprensión de los textos. Se insistía en que un texto cantado en forma polifónica por cinco o seis voces era incomprensible; solo podría entenderse bien si lo cantaba un solo intérprete. 

Expresividad. En todas las artes, desde  fines del siglo XVI se buscaba una mayor expresividad, lo que en lenguaje de la época se llamaba «mover los afectos». En música esta expresividad se apoyaba en el texto cantado, y para resultar eficaz debía emplear todos los recursos de los cantantes. 

Música como espectáculo. Los aristócratas del Renacimiento, los «cortesanos», según las modas de la época, debían ser personas cultas, entender de arte y poesía, y saber cantar y tocar instrumentos. La música vocal se componía y publicaba para estos aficionados intérpretes no profesionales pero de alto nivel. Poco a poco, esta moda desaparece y los aristócratas prefieren ser espectadores de intérpretes profesionales y virtuosos. El aumento del virtuosismo, a su vez, acaba con la existencia de esos aficionados y convierte la música en un gran espectáculo. 

Para cumplir con estas condiciones no servían las técnicas musicales del momento, por lo que los músicos desarrollan técnicas nuevas. Entre ellas están las siguientes: 

Bajo continuo. La voz más grave se convierte en el soporte armónico del conjunto; el compositor escribe la melodía e indica con cifras la armonía que debe desarrollarse; los intérpretes tienen que improvisar en el momento esa armonía, siguiendo las instrucciones del bajo cifrado. 

Los instrumentos que realizaban el bajo eran de dos tipos: instrumentos melódicos, como la viola da gamba, el violoncello o el fagot, que interpretaban la melodía escrita; e instrumentos armónicos, como los de tecla (órgano, clave) o cuerda pulsada (laúd, tiorba, arpa), que desarrollaban los acordes. 

Melodía acompañada. Es el resultado de lo anterior: el bajo continuo permitía que un solo cantante (o un solo instrumento) realizara la melodía, sin recurrir a la textura monofónica, considerada menos «musical». 

Esto permitía que el texto fuera cantado por un solo intérprete, solucionando el problema de la comprensión y permitiendo una mayor expresividad. Al mismo tiempo, la importancia que adquiere el cantante solista (y más tarde el instrumentista) permite el desarrollo del virtuosismo. 

Contrastes. En primer lugar, se da un contraste de tesituras al aislar la voz más aguda y acompañarla de la más grave; pero también abundan los contrastes dinámicos, tímbricos, agógicos… que aumentan la expresividad. 

Estilo concertado. La unión de voces, instrumentos y bajo continuo se conoce con este nombre. Permite composiciones más complejas y largas, por tanto más expresivas. 


El conjunto de innovaciones que se dan hacia 1600 marcan el final de una época musical, la del Renacimiento, y el comienzo de otra que conocemos actualmente como Barroco. 


sábado, 27 de febrero de 2016

LA SECCIÓN ÁUREA EN EL ARTE


Hablar de la sección áurea, es hablar de un tema muy amplio y complejo debido a su universalidad y su aplicación a un gran numero de campos. La sección áurea es uno de los eslabones que unen el mundo de las matemáticas, con el hombre, la naturaleza y las artes. 

Muchos autores apoyan estas teorías y otros no ven en ellas sino casualidad y coincidencia, sin embargo, la realidad es que hay demasiadas cosas en el mundo que poseen un crecimiento armónico basado en una proporción tan peculiar. 

Se sabe que muchos de los estudios de las obras de arte tienen en su composición la sección áurea, aplicada de forma consciente, o en otros casos sin saber muy bien si la aplicación de esta regla era un acto consciente del artista o bien pura intuición. 

Es un hecho que el ser humano se expresa a sí mismo y su belleza mediante leyes geométricas. Esto muestra de la especial sensibilidad hacia esta proporción. 

El origen exacto del término sección áurea es bastante incierto. Generalmente se sitúa en Alemania, en la primera mitad del S. XIX. Muchos han sido los artistas, humanistas y matemáticos que lo han tratado, aunque bajo distinto sobrenombre y con distinta disposición. Otros nombres que recibe son sección divina, proporción dorada, cajón áureo, regla de oro o número de oro. 

Sección áurea es simplemente una proporción concreta. Esta proporción ha desempeñado un importante papel en los intentos de encontrar una explicación matemática a la belleza, de reducir ésta a un número, de encontrar “la cifra ideal”. 

De esta proporción se hablaba ya desde la antigüedad, los egipcios la descubrieron buscando medidas que les permitieran dividir la tierra de forma exacta. De Egipto pasó a Grecia y de allí a Roma. Desde Platón, Pitágoras, Euclides, pasando al periodo renacentista con Leonardo Da Vinci, hicieron hincapié del número áureo y las proporciones humanas, elogiando la armonía y equilibrio que presentan las obras creadas a partir de dicha proporción. 

LA SUCESIÓN DE FIBONACCI.

El matemático italiano Leonardo Fibonacci llegó a descubrir esta sucesión de números estudiando la evolución de una pareja de conejos. 

Retomemos ahora el problema al que se enfrentó Leonardo: 

La pareja de conejos A, concibe cada mes y a partir del segundo una nueva pareja, que a su vez será productiva a sus dos meses de vida. Se inicia el experimento en su primer mes con una pareja de conejos recién nacida (anotamos en número 1). En el segundo mes seguimos todavía con una única pareja (anotamos de nuevo el número 1). En el tercer mes nace una pareja B, (anotamos el número 2). Al siguiente mes la pareja A, ha generado una C, mientras que la B, no ha procreado (anotamos el número 3). Pasado otro mes, las dos primeras generan otras dos (D y E), mientras que la tercera n tiene crías (anotamos el 5). 

Por tanto, tenemos la sucesión de números 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144…, que es la famosa sucesión de Fibonacci. 

SECCIÓN AUREA EN LA MÚSICA.

La existencia de obras pictóricas y arquitectónicas basan sus proporciones en relaciones musicales, a su vez basadas en relaciones áureas. Conociendo estas relaciones de antemano, se facilita la visión, comprensión y descomposición de las obras para su estudio. 

La particularidad del sistema pitagórico fue encontrar en las matemáticas una clave para resolver el enigma del Universo y el número, el principio de todas las cosas. La teoría entorno a la música ocupan un puesto de especial importancia para la escuela pitagórica; mantenía una posición central dentro de la metafísica y la cosmología. 

Las matemáticas y la música se unen en el concepto pitagórico de “armonía”, que significa proporción de las partes de un todo. Los pitagóricos se guiaron siempre en sus investigaciones por el principio de que la música debía ser reconocida hasta las proporciones más simples, ya que debía reflejar en todo la armonía universal. 

Pitágoras descubrió la resonancia de una cuerda tensa, y también que los sonidos obtenidos corresponden a las diferentes fracciones de la cuerda; en consecuencia, estos hechos se pueden reducir a relaciones de números enteros y la armonía tiene un aspecto matemático. Según la leyenda, Pitágoras descubrió la armonía al escuchar el sonido de martillos se correspondía con los números 12, 9, 8, 6; el peso de cuarto martillo daría el tono, y el del primer martillo, que era el doble del menor, daba la octava. El peso de los otros dos, que son las media aritmética y armónica de los dos anteriores darían la quinta y la cuarta. Llevadas estas proporciones a un monocordio, vemos que el tono o nota base lo da el sonido de la cuerda entera, es lo que se llama unísono, si la cuerda tiene la mitad de la longitud original suena una octava más alta que la anterior, la proporción 1/2, que produce el mismo sonido que la cuerda entera solo que más agudo se llama octava (DO-DO) porque se llega a él a través de ocho intervalos de la escala, ocho notas, ocho teclas blancas del teclado; a esta proporción llamaban los griegos diapasón. Si su longitud son 2/3 se llamó diapente, denominada hoy quinta (DO-SOL) pues se llega a ella a través de cinco intervalos. Por último si su longitud son 3/4 de la primitiva, la nota que suena es la cuarta de la base, a la proporción 3/4 se le llamó diatésaron, conocida como cuarta (DO-FA) con cuatro intervalos. 

Los pitagóricos atribuían a las distancias entre los astros, relaciones análogas a las de las longitudes de las cuerdas vibrantes que dan las notas características de los modos musicales; es lo que ellos denominaban la armonía de las esferas. 

Si nos fijamos en el teclado de un piano, reconoceremos sus proporciones armoniosas y áureas: hay 8 teclas blancas, 5 teclas negras y ellas aparecen en grupos de 2 y de 3. 

Las dos modalidades principales de las escalas occidentales, la menor (considerada triste) y la mayor (asociada con la brillantez) difieren una de otra únicamente en la longitud de los pasos entre ciertos intervalos, tal como las partes menor y mayor de la sección áurea difieren entre sí solo por sus longitudes. Y tal como la unión de la partes menor y mayor nos deleita en las armonías visuales de la sección áurea, así también la unión de las escalas menor y mayor, llamada modulación, nos encanta cuando la oímos en acordes y melodías. 

El poder de la sección áurea para crear armonía surge de su exclusiva capacidad de aunar las diferentes partes de un todo de modo que, conservando cada una su propia identidad, las combina no obstante en el patrón mayor de un todo único. 

Diversos compositores de los periodos barroco, clásico, romanticismo hasta el contemporáneo, utilizaron la sección áurea en sus obras. Obras de Johan Sebastian Bach, principalmente, la coral situada al fina de “el arte de la fuga”. En la sonata numero 1 para piano de Mozart y en el tema de la quinta sinfonía de Beethoven. 

El estudio de las proporciones de la música también tiene su uso en dos artes concretas como la Pintura y la Arquitectura. 

Leonardo Da Vinci (1452-1519), considerado como una de las mentes más brillantes y prodigiosas de la historia. En muchos de sus cuadros utilizó la proporción áurea, considerada por él como un reflejo de la proporción humana. Leonardo establece que las proporciones del cuerpo humano son perfectas cuando el ombligo divide al cuerpo en modo áureo y es a la vez el centro de la circunferencia que lo circunscribe. La aplicación más directa que hace de estas proporciones la encontramos en la Gioconda, donde la relación áurea convergen en las proporciones del cuadro, en las dimensiones del rostro, en el que hay entre el cuello y la mano y en el que hay entre el escote del vestido y el final de la mano. 

Otro ejemplo es en la arquitectura del Partenón, cuyo techo y columnas corresponden a dos rectángulos áureos recíprocos. 

Asimismo, se otorga en la escultura griega la absoluta primacía a la representación del cuerpo humano. En éste, la belleza se consigue tanto por la perfección formal como por la armonía de sus proporciones, basadas en la correspondencia de sus diversas partes. 

Policleto (s. V a.C.), a quien se atribuye la autoría de un célebre tratado sobre las proporciones del cuerpo humano, actualmente perdido, encontramos por vez primera el concepto de belleza basada en el idealismo de proporciones del cuerpo humano. Las construcciones de la sección áurea de esta escultura muestran dos conjuntos de rectángulos áureos recíprocos; el conjunto mayor abarca todo el cuerpo, con las rodillas y el pecho en los puntos de la sección áurea; el conjunto menor se extiende desde la parte superior  de la cabeza hasta los genitales. El ombligo se encuentran en el punto de la sección áurea de la altura total, los genitales en el punto de 3/4 de la altura hasta el mentón. 

Mas tarde esta regla divina cayó en el olvido hasta el S.XIX, pintores Seurat o Picasso volvieron a buscar la armonía y la belleza en el arte por medio de estrictas reglas geométricas, entre ellas, la regla áurea. De la misma manera en la arquitectura, destaca sin duda Le Corbusier que en su empeño de considerar a la naturaleza como encarnación de todo lo verdadero, quiere traducir las leyes que la rigen en proporciones geométricas simples y tomarlas como cánones de diseño universal, haciendo así que toda obra creada por el hombre, refleje la naturaleza de éste. 

Es así que muchos casos parecen evidentes por su exactitud, y por el conocimiento geométrico de sus autores. Es común a la mayoría de los artistas experimentar con recursos compositivos pero no hacer norma de ellos. Es probable que estructuras geométricamente significativas aparezcan espontáneamente en aquellas personas adiestradas en observar y manejar elementos formales. 

Hoy en día, los artistas que usan esta proporción para estructurar sus obras, ya sea de forma consciente e inconsciente, debido al bagaje cultural de siglos hace que el arte deje de perder la esencia, fascinación y belleza por la exactitud. 





viernes, 5 de febrero de 2016

INICIACIÓN A LA HISTORIA DE LA MÚSICA. CAPÍTULO 01 Música Medieval

Desde milenios, la música ha formado parte del hombre, y por ello está profundamente arraigado a las necesidades espirituales más importantes de la evolución de la especie humana. 
Esta serie de videos, trata de una manera breve y sencilla la Historia de la Música, que va desde los movimientos más importantes de la música occidental, pasando por los autores mas relevantes de nuestro patrimonio sonoro, hasta la música contemporánea. 
¡Sean bienvenidos!
Los comienzos de la música se desconocen. Lo que se sabe de ella actualmente, es que la idea occidental de la música se remonta a la antigua Grecia, así como a otras culturas avanzadas antiguas de las regiones de Asia menor y del Lejano Oriente. 
Viene siendo en la Edad Media donde se produjeron tres fenómenos que marcaron la historia y evolución de la música.
El primer fenómeno surge con el Canto Gregoriano o Canto Llano la iglesia cristiana se rige de la música para dirigirse a Dios y su origen es una consecuencia de la confluencia de la música greco-romana y la judía, ya que en el cristianismo se fusionan estas tres culturas. 
El nombre de Canto gregoriano se debe a que lo mandó ordenar y recopilar San Gregorio Magno, Papa en el año 590. Los cristianos lo cantaban desde hace varios siglos y estas melodías fueron recopiladas tomando de él su nombre. 
Una serie de elementos lo diferencian de la música posterior ya que se basa en escalas diferentes de las actuales, reducidas a las de tono menor y mayor, y tiene además ocho escalas especiales que lo hacen sonar a nuestros oídos de manera diferente. Estas escalas se llaman modos. 
Las características del Canto Gregoriano consiste en que su ritmo es libre, monódico y a capella, es decir, reducido a una sola voz y sin acompañamiento de instrumentos. Se canta en latín y está determinado por la forma de este idioma; es el canto de la Iglesia Católica Romana y por lo cual el texto de la música es religioso. El Canto Gregoriano se escribe en tetragramas y con unos signos llamados neumas, como una especie de guía para recordar. 
El segundo fenómeno fue el nacimiento de la música profana, la cual viene unido a la economía monetaria y el comienzo de las lenguas vulgares que hacen surgir una humanidad más consciente de lo subjetivo e individual. 
Si consideramos al canto gregoriano como la música religiosa por excelencia del Medievo, no menos importante fue la labor desarrollada por los músico y poetas medievales conocido como trovadores, quienes eran aristócratas, autores e intérpretes, poetas místicos que componían sus cantigas (obras) y las interpretaban, o las hacían interpretar por juglares, quienes iban por las ciudades difundiendo temas musicales provenientes de la tradición popular; ellos no componen, tan solo interpretan. 
El Canto Gregoriano es casi la única música que se ha conservado anterior al siglo IX, pero llega un momento en que da una serie de cambios en la civilización que provocan la pérdida de importancia de este estilo, al introducirse 2 nuevas formas de música que ya existían antes pero que ahora adquiere más relieve: la música profana y polifónica. 
El tercer fenómeno musical de importancia en el medievo, es la Polifonía, que significa canto a varias voces que suenan simultáneamente. Según se sabe, pudo provenir del norte de Europa, y al no poseer una música monódica, la polifonía implica una concepción del arte claramente vertical. 
Se extiende desde el siglo IX a los comienzos de siglo XII. Las primeras experiencias son el Organum, el cual consiste en añadir a una melodía gregoriana llamada cantus firmus una segunda voz, a distancia de cuarta o quinta, que se llama Vox Organalis y el Discantus, que vienen siendo las dos voces en movimiento contrario, así, si la voz principal asciende, la otra debe descender y viceversa; la iglesia pronto las admite para solemnizar el canto litúrgico. 

De esta modalidad surge el término contrapunto puesto que las dos voces se componen nota contra nota. Posteriormente se hacen a 3 voces e incluso más.