En mi labor como docente, he buscado, probablemente igual que ustedes, respuestas a las preguntas cómo, cuándo y qué hacer, para tener una mejor eficiencia y eficacia para la enseñanza y el aprendizaje en la educación musical.
La queja tan común que escucho con mis estudiantes, es, “No tengo tiempo para aprender música”, o “Es muy difícil aprender”.
Aquello resulta comprensible; ya que pensar en la complejidad de lo que se desea aprender, puede resultar abrumador, y los resultados no se dan de manera inmediata, ya que el deseo de gratificación instantánea constituye una de las principales razones por las que personas no adquieren nuevas habilidades de manera rápida como la música; y si embargo puedo afirmar que muchos de esos aprendizajes no requiere de invertir demasiado tiempo.
Asu vez, me he percatado de que el problema no es la falta de tiempo (aunque se crea que sí).
El auténtico problema, es la falta de claridad y definición sobre el proyecto en realidad y cuáles son las medidas necesarias para llevar a cabo la acción siguiente e identificar herramientas que prueben la eficacia que pueda ayudar a centrar las energías de forma estratégica.
Malcolm Gladwell, en su libro “Outliers: The history of succes” (2008), menciona que para alcanzar el nivel de experto se requieren, en promedio, diez mil horas de práctica efectiva.
Diez mil horas equivalen a ocho horas de práctica diaria durante tres años y medio, sin descansar un solo día, sin fines de semana ni vacaciones.
Ante tal abrumador dato. Surge la siguiente interrogante.
¿Es posible que pueda aprender música en menos tiempo?
La buena noticia es que sí es posible.
Mediante la adquisición rápida de destrezas: cómo aprender cualquier nueva habilidad tan rápido como sea posible, y así lograr un modo productivo para obtener el máximo rendimiento con la mínima inversión de tiempo y esfuerzo.
Tan solo entender algunos conceptos de suma importancia que aporten lo esencial en materia de lo que deseamos aprender. Cuando partimos de una base sólida con principios fundamentales, resulta más fácil ampliar los conocimientos y lograr progresos.
Para ello, el elemento de administración de acciones que constituye la base de la organización personal, con el fin de aprender a aplicar cierto conjunto de destrezas en el momento oportuno, y de un modo más completo y sistemático para controlar las habilidades y que ellas no los controlen a usted.
El escritor estadunidense Josh Kaufman, en su libro “En solo 20 horas” afirma que se requieren unas veinte horas de práctica para romper la barrera de la frustración, es decir, comenzar sin saber nada de lo que se pretende aprender, para llegar a tener un desempeño notable, veinte horas o menos, con no más de 90 minutos de práctica al día es el tiempo que se requiere para aprender los elementos básicos de la destreza.
Toda destreza tiene lo que él llama barrera de frustración: un periodo en que se es tremendamente malo y uno está dolorosamente al tanto del hecho. Así mismo pregunta ¿Para que empezar con algo en lo que, de seguro, serás muy malo? ¿No sería grandioso aprender nuevas habilidades con menos angustia? Superar la barrera de frustración rápidamente, pasar menos tiempo con la confusión y la duda y más tiempo divirtiéndonos, porque es un hecho que muchas cosas no son divertidas hasta que uno es bueno haciéndolas.
La adquisición rápida de destrezas es un proceso, que se caracteriza por identificar las partes más importantes de la habilidad para luego practicarlas en forma deliberada, en otras palabras, practicarlas de manera intencional y sistemática para mejorar en una destreza.
Kaufman integra la rápida adquisición de destrezas en cuatro etapas principales:
• Deconstruir una habilidad en sus partes más pequeñas (subhabilidades).
• Aprender lo suficiente de cada parte como para practicar inteligentemente y autocorregirte durante la práctica.
• Remover las barreras físicas, mentales y emocionales que se interponen en la práctica.
• Practicar las subhabilidades principales durante al menos veinte horas.
Se trata de realizar un esfuerzo inteligente y estratégico, decidir que practicar y averiguar cuál es la mejor forma de hacerlo.
No esperemos resultados de la noche a la mañana, por otro lado, el tiempo total invertido será mucho menor en relación a la carencia de esta estrategia.
Si deseamos adquirir una nueva destreza, habrá que practicar en el contexto. El aprendizaje mejora la práctica, pero no la reemplaza. El aprendizaje por sí mismo nunca es suficiente.
La práctica significa mejorar una habilidad a través de la repetición, si se desea mejorar. Mientras más practicas, más fortaleces la destreza.
Mientras más practicas, más eficiente, efectiva y automática se vuelve la destreza.
¡En este curso te diremos cómo lograrlo!